Diseño de interiores: la Ventana de Marcel Benedito

Diseño de interiores: la Ventana de Marcel Benedito
Casa Sardinera de Ramón Esteve. Foto: Mariella Apolonio

lunes, 2 de diciembre de 2013

100 ediciones de PROYECTO CONTRACT: historia del interiorismo español del siglo XXI

En el verano de 2002 aparecía el primer número de la revista PROYECTO CONTRACT con el restaurante Oven en portada (actual sede de BD Barcelona Design) y mucha ilusión desparramada por las páginas interiores. El primer objetivo de la nueva publicación era hacerse eco de todos aquellos proyectos que, por filosofía de contenido, no tenían cabida en la publicación nodriza, Casa Viva. También se pretendía crear una plataforma capaz de documentar y testimoniar los trabajos de diseño interior más interesantes realizados en el país y más allá. Por último, abrir la publicación a un colectivo profesional escasamente articulado (excepto por los Colegios de Decoradores) y no siempre bien reconocido, al que queríamos incorporar en cada edición hasta conseguir que hicieran suya la revista.
 
El número 2 de la revista fue diseñado por Guillermo Nagore y ha mantenido su esquema hasta hoy

Para ello inventamos un formato de diseño gráfico dinámico y versátil (con la ayuda de Guillermo Nagore antes de que lo llamaran del New Yorker), capaz de dar cabida a proyectos de todo tipo, escala e interés. Reportajes extensos, medianos, cortos, de dos páginas, de una sola e incluso de un tercio de página, para que nadie se quedara fuera. La idea no era tanto juzgar la calidad de los proyectos como dejar constancia de su realización de cara al futuro y retratar el día a día del interiorismo a través de sus obras.

Dentro de unos criterios de calidad y seriedad, hemos intentado abrirnos a todo tipo de tendencias, estéticas y corrientes de trabajo. Reconozco que resulta imposible ser imparcial y objetivo desde el momento en que, obligatoriamente, se deben  seleccionar qué proyectos entran y cuáles no por una simple cuestión técnica de espacio. El papel es finito, en los dos sentidos de la palabra. Pero abrir los criterios al máximo de sus posibilidades era una forma bastante parecida a la imparcialidad.

Algunas de las señas de identidad de PROYECTO CONTRACT se derivan de esta vocación de ágora que le dimos desde el primer día. Así, la entrevista central que precede a los reportajes quiere ser una visión en profundidad del recorrido de un estudio relevante. La fotografía a doble página de estas entrevistas delata las intenciones: el personaje por delante de la obra, el retrato del entrevistado sirve para entender sus trabajos, tanto como las fotos de los mismos. Demasiado a menudo las revistas de arquitectura e interiorismo se olvidan de las personas que hay detrás de los proyectos, como si la cara del diseñador restara seriedad a los espacios. Al contrario, las caras son el espejo del alma de los proyectos.
 
 
La sección Sala de Visitas de PROYECTO CONTRACT mantiene vivo el pulso con los profesionales del diseño interior y su obra. Algunos discursos son tópicos pero otros tienen mucha miga... Hay que leerlos.


Un segundo plan de trabajo, menos evidente, que se puede rastrear en la hemeroteca de esta publicación durante los tres primeros años, era la desacralización de la información del colectivo de interioristas. Las revistas de arquitectura y diseño de espacios están, a veces, más cerca del frío Informe de resultados de una empresa que del espíritu lúdico y apasionante que debe definir a una revista. Por esa razón durante los primeros tiempos, con un optimismo y una inocencia propios de universitarios, arrastramos y publicamos una producción fotográfica a modo de bazar, como si de una revista de moda se tratara, modelos guapetones incluidos. Reconozco que esta chispeante idea era una fijación personal mía que, finalmente, hubimos de abandonar porque resultaba carísima. Pero, mientras tanto, retratamos despachos con modelos insinuantes, probadores de ropa ocupados y mercados con carniceras vestidas de blanco, y, sobre todo, nos lo pasamos muy bien.
 
 
Las producciones de la sección Smoke (homenaje a la novela de Auster) durante los primeros años mostraron una publicación de vocación internacional y factura exquisita. La realidad editorial del low cost acabó por imponerse. Criaturas...

Nuestra pretensión era quitarle hierro al tema, mostrar el lado más humano de las oficinas, las instalaciones comerciales o de hostelería y adelantar (antes de que se pusiera de moda) el concepto que entonces sólo intuíamos de “diseño emocional”.  En el ADN de esta revista está luchar por el reconocimiento social de esta profesión y eso pasa por dejarse impregnar de cierto populismo, asumir el sentido del humor como un componente más de la memoria técnica y entender que lo efímero no es sinónimo de banal.

Frente al academicismo arrogante y elitista del gran proyecto que, en aquellos años ya lejanos, estaba en pleno apogeo de arquitectos estrella y edificios emblemáticos (esos que ahora están vacíos), nosotros preferíamos bajar al detalle y ocuparnos del prosaico bareto, de las oficinas humanas, las tiendas alocadas y el hotel boutique. La realidad del interiorismo cotidiano, en pocas palabras. El de la relación cercana con el cliente, el del presupuesto ajustado que no se puede ampliar, los proyectos con más carisma que medios, las soluciones inteligentes, el ahorro de energía, el espacio responsable para con las personas. Parece que el tiempo que nos ha dado la razón.

Muchas cosas han pasado durante estos últimos once años. Gran parte de los proyectos que aparecieron en las páginas de esta revista como primicia han desaparecido. Otros han evolucionado o, de forma misteriosa, mantienen el tipo. Lo que importa es que durante una década hemos ejercido de notarios gráficos de lo que se hacía y deshacía, creando en nuestras páginas un documento que permanece y que da fe de lo apasionante, compleja, divertida, intrigante, sorprendente y abracadabrante que es esta profesión. La colección de estos cien números coincide, en gran manera, con la historia del interiorismo de estos años.
 
Portadas de la revista rechazadas por el editor: historia secreta de la revista que algún día saldrá a la luz.

PROYECTO CONTRACT posee vida propia, como lo demuestra el volumen de propuestas para publicar que llega a redacción todos los meses y que procuramos responder con rapidez, de una forma u otra. Un número enorme de interioristas españoles ha visto publicada alguna obra allí y sabe que estas páginas, de algún modo, les pertenecen. Esa era la idea.

Los interioristas siguen trabajando en una dinámica que no es la que debería ser (nada es lo que debería ser, ahora mismo) pero que mantiene unas constantes vitales de salud envidiables. En esta redacción hemos adelgazado con la misma dieta de verduritas y agua del grifo que están tomando la mayoría de estudios de diseño nacionales y volveremos a engordar y lucir mejillas coloradas en cuanto la cosa suba un poco el voltaje. Ya lo estamos notando, de hecho, de la mano de los espacios ligados a la potente industria del turismo española. El número 100 de una publicación, hoy en día, es un pequeño milagro y una buena excusa para hacer un alto, recuperar el aliento y mirar atrás con humildad. Cien ediciones y está todo por hacer.

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