Diseño de interiores: la Ventana de Marcel Benedito

Diseño de interiores: la Ventana de Marcel Benedito
Casa Sardinera de Ramón Esteve. Foto: Mariella Apolonio

jueves, 21 de noviembre de 2013

El teléfono móvil, la butaca de aislamiento y los límites de la intimidad

¿Cuánto espacio necesitamos para ser nosotros mismos? ¿Cuánto para hablar tranquilos por el móvil sin sentir que compartimos a nuestra novia con todo el autobús? En los países anglosajones existe la convicción de que el espacio físico y el espacio mental están interrelacionados de forma que estas culturas no toleran un exceso de proximidad (típicamente latina) ya que la invasión del ámbito personal, en centímetros cúbicos literales, la viven como una invasión de la intimidad.
Ya sabemos que en el Mediterráneo somos más dados a la proximidad y al contacto físico pero la evolución cultural, sin duda, avanza hacia formas de relacionarnos menos intrusivas, igual que hacia tonos de voz más bajos y, en general, hacia un mayor respeto del ámbito personal.
 
 
La Ball Chair de Eero Aarnio que produce Adelta es una clásica butaca de aislamiento

 
 
Las imágenes domésticas de países pobres nos asombran por la forma en que las personas se arraciman, por falta de espacio real, por dificultades como el frío, el hambre o las enfermedades. La conquista del espacio doméstico (porque la del cosmos ahora mismo está en horas bajas)  es un logro de la civilización y la individualidad, en consecuencia, es el resultado de la superación de las primeras barreras de supervivencia. Somos animales sociales, pero, en un momento dado, a todos nos gusta disfrutar de una cierta dosis de soledad, de aislamiento, de intimidad reflexiva y depuradora que nos permita limpiar la piel de tanto ruido y tráfico social.
Pero volviendo a la pregunta inicial, cómo podemos saber cuánto espacio necesitamos para nuestro bienestar personal. La respuesta es compleja ya que ni siquiera los especialistas en psicología la pueden contestar. Cada uno de nosotros debe averiguar la respuesta y, probablemente, lo hace por el método de error y ensayo. A veces, los errores se llevan por delante una relación de pareja, pero así son las reglas del juego, en un juego que viene siempre sin reglas escritas.
 
 
El programa Nest de sofás para ámbitos de trabajo permite crear salas de reuniones o de concentración sin necesidad de compartimentaciones. Es un diseño de los Bouroullec para Vitra.

Esta reflexión nos recuerda que en el ámbito de lo privado, muchas veces nos preocupamos de temas aparentemente cruciales como el confort, la comodidad, la ayuda técnica, la disminución del esfuerzo, la seguridad. En cambio, olvidamos valorar las necesidades personales en la esfera más cerrada de la individualidad. Casi todos los espacios de la casa están pensados para compartir, incluidos los baños modernos repletos de estímulos para prolongar allí la estancia. Pero muy pocos están diseñados para la intimidad real de las personas, la introspección, la soledad eventual. Burbujas como las que algunos centros de trabajo ofrecen a sus empleados para momentos de concentración. Recordemos el éxito que ha tenido el programa Nest de sofás habitáculo de los Boroullec parea Vitra que incluso tiene imitadores.  Bien pensado, esta nueva necesidad de aislamiento ha creado una tipología de muebles pensados para ello en la que los móviles tienen mucho que decir.
 

Showetime de BD Design según diseño de Jaime Hayon: la mejor amiga del teléfono móvil.

Tal vez las habitaciones infantiles sean los ámbitos mejor orientados hacia la individualidad porque todos entendemos que los jóvenes necesitan asumir y crecer en su propio espacio. Pero los pequeños egoístas no son los únicos que gustan de poner un “Do not disturb” en la puerta. Podemos rastrear mentalmente la casa y hallar algunos rincones a tal efecto: la butaca de lectura, el inodoro, el desván, el estudio o zona de trabajo. Pero, en general, el espacio doméstico está pensado para la relación con los demás miembros de la familia, para la socialización continua, para el diálogo. Pasaron los tiempos del “boudouir”, una estancia cerrada para las damas que utilizaban como tocador donde hasta los maridos tenían el acceso prohibido. El propio despacho o biblioteca donde el “pater familias” se recluía se ha convertido, también, en una pieza arcaica.
 
 
Nestrest de Dedon, para hacer la siesta sin compañía
 
Ahora el despacho lo llevamos en la cartera de mano. Jóvenes que buscan emanciparse, gente que cabalga entre dos ciudades, personas de todas las edades que viven solas, grupos compactos que precisan de zonas de recogimiento. Nuevos tiempos, nuevas exigencias. Tal vez la casa del futuro inmediato precise de un enfoque menos técnico, y definitivamente más cercano a las personas.

lunes, 18 de noviembre de 2013

El diseño que surgió del frío: Höst Copenhagen

El restaurante danés Höst ha merecido el primer premio del Restaurant & Bar Design Awards, por lo que hemos pensado visitarlo, aunque sólo sea para echar un vistazo a sus méritos. El estudio Norm Architects Menu ha proyectado un espacio que hace del minimalismo y los rasgos del diseño nórdico un cóctel perfecto en su esencialidad. Un espacio construido a base de materiales sin pulir de una humildad absoluta, en muchos casos con elementos reciclados procedentes de otros usos. La madera, el ladrillo y el cemento, los pilares de la construcción secular, son los protagonistas de un espacio que no concede ni un milímetro a veleidades ornamentales o simplemente relativas al confort. Lámparas de origen inequívocamente industrial, algunas de ellas con brazo extensible tradicional, otras, simples bolas de cristal esmerilado, sirven para apoyar la luz natural cuando decrece. Unos sencillos cortadores de madera rústicos en una pared, un soporte metálico para vasos y una alacena de obra con tarros de alimentación caseros nos recuerdan que estamos en un restaurante y no en una celda benedictina.
Y, curiosamente, en este entorno de austeridad radical nos sentimos reconfortados y próximos a la sencillez y la calidad de la comida casera, de las recetas de mamá, de las cosas que no pierden carácter con el paso de los años.
Sin duda, el espacio Höst de Conpenhagen representa una de las tendencias más contundentes y representativas de la época que nos ha tocado vivir. No tanto por la influencia del elegante diseño escandinavo sino por las virtudes que representa y de las que tan anhelantes está la sociedad urbana actual.



Parece una nave industrial pero es el mejor restaurante de Europa de este año según el Restaurant & Bar Design Awards. Fotos, cortesía Norm Architects.

Estas virtudes se resumen en una palabra: autenticidad. Simplicidad formal, sencillez expositiva, ausencia de ornamento, acabados sin pulir... son rasgos de este carácter que necesitamos en nuestro entorno para equilibrar el exceso de artificio, la amenaza del calentamiento global, la falacia de las políticas de Estado, la falta de solidaridad, el descaro del gran capital, la incompetencia de los políticos...
Vamos a ver muchos espacios como Host en el futuro. En el otro lado de la balanza están los locales que apelan al folclore, al eclecticismo decorativo, al todo vale, al vintage mal digerido y al un poco de allí y otro poco de allá. Esta es la tendencia que impera en los locales de restauración hispánicos en general que, muchas veces, dan la sensación de retroceder cien años sin complejos ni coartadas. El futuro no va por ahí, sino por la desnudez de las paredes que vemos en estas fotos. Es una apuesta personal.








miércoles, 13 de noviembre de 2013

¿Debo confiar a un interiorista el proyecto de un espacio donde voy a vivir yo?

Hay una pregunta a nivel de consumidor que nos resulta especialmente incómoda a quienes nos dedicamos a la divulgación de esta actividad que es equipar el entorno. ¿Debo confiar a un interiorista el proyecto de un espacio donde al final voy a vivir yo, no él?
Personalmente, cuando me veo frente a esta espesa cuestión suelo responder que ante un dolor de muelas nadie se plantea si debe ir al dentista o solucionar el tema por su cuenta. La respuesta adecuada siempre la tiene un profesional. Pero, a pesar del truquito retórico, las caras de mis interlocutores no parecen estar muy convencidas y aunque suelen callar por cortesía puedo leer en sus mentes: Sí, pero me va a salir la broma más cara aún. O también: Con lo divertido que es decorar mi propia casa, ¿voy a regalarle este pequeño placer a un interiorista que aplicará sus gustos y recursos habituales?


Las imágenes de este post son cortesía de su autor, Jordi Miralles y aparecen publicadas en un reportaje de la revista Casa Viva, edición diciembre
 
Lo sé, lo sé… El tema tiene muchas aristas además de una buena dosis de implicaciones emocionales, en las que intervienen todos los que van a vivir en ese espacio. Sólo faltaría que no fuera así. Y a pesar de todo, la respuesta es: nadie lo va a hacer mejor que un profesional.
Obviamente, su trabajo tiene un precio, como lo tiene el de la peluquera, el del cocinero y el del taxista, actividades todas ellas que podemos ejercer como diletantes sin cometer ningún delito. No podemos, en cambio, operar del riñón o levantar una escuela, sin la titulación, la experiencia y los permisos legales correspondientes, ya que son temas de una responsabilidad mayúscula.



El precio que pagamos a un diseñador de interiores es lo que vale la rapidez y eficacia con que va a solventar su proyecto. Es el precio de su experiencia y de su gusto que van a redundar en espacios bien acondicionados desde algunos puntos de vista que a nosotros ni siquiera se nos ocurren ‒acústica, seguridad, integración de ocio, ahorro de energía, salubridad de materiales…‒, y suele ser un precio justo, cuando no por debajo de lo que realmente merece. Es el precio de los quebraderos de cabeza con los industriales que nos va a ahorrar, de las elecciones acertadas y las compras bien hechas, de las fechas que se cumplen y los cambios que se improvisan. También del estudio previo de nuestras necesidades que requieren horas largas e intempestivas de charlas, discusiones y documentación. Todos los interioristas que he podido entrevistar coinciden en que el momento más feliz de su trabajo es el de las conversaciones previas con sus clientes, cuando éstos exponen sus necesidades e ilusiones. Sólo el momento de la entrega del proyecto acabado, con la felicidad de los clientes paseando por el nuevo hogar, supera al del trabajo previo.
También conozco interioristas especializados en instalaciones públicas, hostelería y tiendas, que preferirían trabajar en la cantina de un cuartel antes que aguantar los caprichos de la clienta en un proyecto doméstico. Tiene que haber de todo…


Nos queda la cuestión puramente emocional. ¿Quién está dispuesto a sacrificar el pequeño placer que consiste en pasear por las tiendas especializadas, tomar medidas, preguntar precios, probar muebles, decidir, comprar y colocar? Sólo hay que atreverse a visitar una gran cadena de decoración el sábado por la tarde para saber que la casa sigue siendo el patio del recreo soñado de nuestra vida familiar o de single. Los ojos brillan en las tiendas de muebles y no es por casualidad.
 
 

No es necesario renunciar a ese placer legítimo ya que se puede trabajar codo con codo con el diseñador de interiores. Se pueden visitar proveedores, recabar muestras y decidir juntos. Se puede adquirir un mínimo lenguaje decorativo que nos permita hablar con conocimiento de causa de nuestros deseos y exigencias. Se debe participar de ese proceso con la convicción de que el interiorista agradecerá el compromiso y la ilusión como un instrumento afinado de su trabajo. Entrar en el universo del interiorista es relativamente fácil (nosotros los hacemos todos los meses y no somos diseñadores), pero confiar en él es siempre la mejor opción.

jueves, 7 de noviembre de 2013

¿Cuáles son tus interiores favoritos de la década?

Presentamos un extracto de la encuesta realizada por la revista PROYECTO CONTRACT con motivo de su número 100, que publicamos por cortesía de la editorial MC Ediciones. Se planteó a una serie de interioristas reconocidos cuáles eran sus tres interiores favoritos y éste es el interesante resultado. ¿Cuáles son tus interiores favoritos de la década?


       IGNASI BONJOCH, Estudi Bonjoch

1.- Kolumba Museum de Köln, obra de Peter Zumthor. Obra arquitectónica que envuelve las ruinas de la iglesia Kolumba de Colonia, bombardeada y arrasada durante la Segunda Guerra Mundial. Proyecto realizado entre 2003 y 2007, es un ejercicio notable de interiorismo, con diversas salas para el goce de la lectura, las obras de arte y la reflexión.
Utiliza y combina diversos materiales distintos entre si pero que se funden en uno sólo, oculta mágicamente las carpinterías de fachada hasta parecer que los vidrios flotan, la geometría en planta hace fluir el recorrido de la visita, una experiencia única.  

2.- Hotel Mercer de Rafael Moneo, en Barcelona. Como se dice a menudo, una rehabilitación monumental, puesto que se trata de un hotel 5 estrellas Gran Lujo calificado como monumento, que integra vestigios romanos del siglo I. Armonía entre lo antiguo y lo moderno, lección de maestría en los materiales y la luz. Crea ambientes muy diversos y relajados, de gran exquisitez alejados del cliché del lujo ostentoso.

3.- Tienda Aesop Faubourg Saint Honoré de París, de March Studio. Por llevar al límite el concepto de usar un solo material, por la razón de ser de esa madera en concreto, por el sistema de premontaje y montaje. Pero sobretodo por la fuerza que desprende desde la calle y por la potencia del espacio que sientes cuando estás dentro.


1. La tienda The Gourmet Tea de Alan Chu & Cristiano Kato en Sao Paulo. Estos tres proyectos me han interesado porque aportan una nueva forma de ver y entender el diseño de interiores. Creo que en un momento tan complicado y critico que afecta a todos los ámbitos de la sociedad, proyectos como éstos nos demuestran que el diseño puede redefinir su papel y proyectarse hacia nuevos valores, mas normales y comunes.

2. El estudio de los arquitectos Betillon / Dorval - Bory en Paris. El diseño finalmente se ha desplazado y ya era hora, de un ámbito exclusivo y sofisticado (solo para algunos "cultos" y "ricos") a otras franjas de publico, es una disciplina que empieza a estar al alcance de todos. Es éste un diseño low-fi, sincero, sin complicaciones que se preocupa por el mensaje mas que por la forma y sus detalles.

3. El proyecto Camper Together de Curro Claret con Arrels Fundació en Barcelona.  El diseño está demostrando que puede ser una disciplina comprometida; el proyecto de Curro para Camper me parece magnifico tanto por su proceso como por el valor social y humano. Ojalá el diseño se convierta definitivamente en algo normal y no tan especial.


AGUSTÍ COSTA.

1. Tondeluna  de Picado-de Blas, arquitectos. Por el orden y precisión de la composición, activada a través de los enlistonados que, a parte de resolver el comportamiento acústico del local, también lo vivifican.
 
2.- Camper Estambul de Isabel López. Un escenario que evoca mediterraneidad, implantado en un lugar cualquiera. Soluciones muy frescas y un montaje inteligente. Lástima de cántaros, eran prescindibles.
 
3  Clínica dental en Portugal de Miguel Marqués, MMVarquitecto1. La calma y misterio que consigue su atmósfera predispone positivamente a someterse a las sesiones poco agradables que se dan en esos lugares. Incluso con actitud distraída ante la expectación lograda.

OCTAVIOMESTRE  

1. La tienda Prada en Tokyo de Herzog & de Meuron. No solo por la aportación que sus arquitectos han hecho a la arquitectura, trasladando a la piel cuestiones internas del proyecto en sí, si no como premio a la frescura que nos viene desde Oriente, aunque sea hecha, como en este caso, por personajes occidentales, que el mundo es global y las estrellas brillan para todos y en todos lados.

2. Las oficinas Vitra de Sevil Peach. Y digo oficinas ‒aun sabiendo que no es una obra estrictamente pública, sino privada‒, porque me parece que marca, no uno de los caminos, sino EL camino a seguir, a la hora de hablar de “espacios de trabajo” (de cuello blanco, nos referimos). Tuve ocasión de entrevistar a su autora para el nº 9 de la revista t18, que codirijo y de visitarlas este verano por dentro. Yo quisiera trabajar allí (o, en su defecto, en un ambiente así)…. Y quiero que mi trabajo rezume algo de ese espíritu.

3. Les Cols de los RCR. Y me refiero a toda la sucesión de proyectos, restaurante, hotel, carpa… Porque me parece una obra extraordinariamente depurada, delicada, de distintas aportaciones realizadas, a lo largo del tiempo, que acaban hablando como una única unidad. Los proyectos se hacen con el tiempo. La gente cree que los arquitectos trabajamos con espacios, pero, fundamentalmente, trabajamos con tiempos.


lunes, 4 de noviembre de 2013

Escaparate conceptual: la tostada siempre cae por el lado de la mantequilla

El escaparatismo, como la escenografía para el séptimo arte que comentábamos en el último post, son disciplinas periféricas del universo del diseño de interiores, tan relevantes como las dedicadas a espacios para vivir y compartir, si no más. El escaparate es un sueño hecho realidad, un reclamo para los sentidos de los paseantes, una seña de identidad de las ciudades y un arma de marketing para los negocios. Un escaparate inteligente apela a un público capaz de interpretarlo y, de algún modo, modela el target de clientes interesados en entrar.
El escaparate conceptual ha sustituido el antiguo mostrador de mercancías que sobrevive tan solo en barrios periféricos o ciudades en vías de desarrollo. Pensemos en la cristalera de la zapatería tradicional contrapuesta a la imagen inferior. Dos mundos muy diferentes. Algunas compañías, conscientes de lo difícil que es construir una identidad sólida, lo entienden muy bien e invierten en este capítulo sin escatimar medios, lo que deriva en una rama del diseño de espacios hermosa y creativa, con estudios especializados como el que traemos a este comentario.
 
¿Escaparatismo o poesía visual de la mano de ja! studio?
 
Toast es una escaparate creado por ja! studio para la tienda Loreak Mendian de Barcelona. La instalación que tiene como fin presentar la primera colección de calzado para mujer de Loreak Mendian, interpreta el verano de una forma geométrica y reflexiva descontextualizando objetos cotidianos y dotándoles de nuevos significados. Una mesilla y un conjunto de tostadas de corcho en forma de escalera hacen que el espectador dirija la mirada al producto: un zapato de la colección SS13.
 

Escaparate para la tienda Loreak Mendian de San Sebastián. Una estructura metálica y tablas de DM negro forman la silueta de una persona, creando así un diálogo entre el producto y el objeto donde cada accesorio adquiere su posición lógica natural.

ja! (Ion Ander Beloki, Tolosa 1970) comienza su trayectoria profesional en Barcelona tras realizar estudios en diseño gráfico y escaparatismo. Posteriormente, inicia una nueva etapa creando ja! studio y colaborando con diversas compañías, entre ellas Loreak Mendian, donde encuentra el espacio para desarrollar su trabajo más personal. Actualmente vive en Londres y sus escaparates han sido reseñados en libros y revistas internacionales especializadas, como Frame, Pasajes Diseño, Design 360º Magazine o Span.
Sus instalaciones, influenciadas por la cultura visual contemporánea y la impronta estética de raíces vascas, combinan varias disciplinas, como la arquitectura o el diseño industrial. Con un estilo directo y distintivo, ja! descontextualiza objetos cotidianos dotándoles de nuevos significados: sus composiciones prescinden de elementos superfluos y emplean solo aquellos objetos que mejor describen la idea.
 


Los rasgos más característicos de sus composiciones son la iluminación y los acabados. Así, las piezas creadas consiguen un estilo propio: algunos escaparates narran breves historias, como Bomb, que describe las situaciones que se crean en torno a la mesa de Navidad en las reuniones familiares; otros recrean estructuras arquitectónicas partiendo de elementos convencionales, como Haddock ligth; finalmente, en escaparates como Viking, se inspira en piezas de otros artistas, dotándoles de un sentido más comercial.  El objetivo de ja! es crear imagen y provocar la mirada, lo que consigue con un trabajo riguroso y una técnica depurada.