Diseño de interiores: la Ventana de Marcel Benedito

Diseño de interiores: la Ventana de Marcel Benedito
Casa Sardinera de Ramón Esteve. Foto: Mariella Apolonio

lunes, 5 de marzo de 2012

Cómo acabar de una vez por todas con el Feng Shui


Palo Alto, Poble Nou, Barcelona. Estudio Bailo-Rull. Entrevisto a los arquitectos Rosa Rull y Manuel Bailo, para la próxima edición de Casa Viva, y les pregunto cómo ven la casa del futuro. Según ellos, la casa donde vivirán nuestros hijos y nietos será, antes que nada, un espacio saludable. Un lugar donde se evitarán energías estáticas negativas, actividades insalubres, falta de oxígeno; un espacio con las condiciones vitales precisas para el confort humano. Para ello es necesario un exhaustivo control de materiales, de instalaciones y de lo que en informática se llama periféricos: luminarias, baños, sanitarios, electrodomésticos. Las casas también serán saludables en el sentido de que consumirán la energía justa para la vida diaria y nada más. En la mayoría de los casos, inclusive, se abastecerán de sus propias fuentes de energía.

Casa jardín en Igualada de Bailo-Rull, ADD Arquitectos

Estos comentarios me recuerdan a una versión seria del Feng Shui, como si a esta milenaria sabiduría la hubieran despojado del componente místico que inevitablemente arrastra por todas partes. Está muy bien que los maestros geomantes nos describan lo importante que es asegurar que el aliento del dragón no pase por debajo de la cocina o que las formas de las montañas inspiren la decoración del salón. Como superstición o cuento chino tiene su punto y, a juzgar por la ingente literatura que ha inspirado (buscar en la sección Decoración de cualquier librería), ha conseguido cosechar muchos adeptos en Occidente. Pero hay que reconocer que si eliminamos todas las supercherías pseudomísticas, la doctrina se queda en una serie de consejos de puro sentido común. Por decirlo en román paladino: pura charlatanería de embaucadores.

Sé que hay muchos estudios de expertos en Feng Shui que aconsejan sobre decoración y lamento enemistarme con ellos de por vida, pero en mi opinión, las pseudociencias (astrología, numerología) están a mitad camino entre el pasatiempo y el atraso. Mientras resulte divertido hablar de ello, me parece bien. En el momento en que un curandero sustituye a un médico o un geomante feng shui a un interiorista, me parece un retroceso grave y perjudicial. Y un fraude, dicho sea de  paso…

El arquitecto chino Wang Shu, ganador del Pritzker 
por saber adaptar la modernidad constructiva a la realidad local de China

Buena idea la de los arquitectos, de empezar a preocuparse por la salubridad de las construcciones (recordamos los casos de los edificios enfermos) y aportar metodología, experiencia y rigor a este tema. La arquitectura, tal vez obligada por las circunstancias económicas, baja a la arena a pelearse con los instaladores y controlar su trabajo. El Premio Pritzker de arquitectura de este año ha correspondido al chino Wang Shu, un señor que gusta de trabajar con las manos como los artesanos y que ha recuperado viejos materiales y tradiciones constructivas ancestrales para solucionar problemas de hoy en día con la vista puesta en el futuro. Un gran arquitecto que se considera un “Amateur” (así se llama su estudio) cuyo trabajo, en palabras del jurado, “ejemplifica la capacidad de la arquitectura actual de arraigarse en un suelo cultural local e incorporar profundos ecos de una tradición específica.”
Y ha conseguido este premio, no lo olvidemos, sin necesidad de recurrir a supersticiones trasnochadas.

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